Era la primera vez que Game Freak se adentraba en el terreno de los DLC para Pokémon. Hasta ahora nos tenían acostumbrados a sacar una versión «ampliada» de la edición original (como un juego diferente) unos dos años después de lanzar el original. Por adaptarse a los nuevos tiempos y modelos de negocio, han ido lanzando contenido adicional de manera más o menos continuada. Básicamente ha incluido nuevas formas Gigamax, se han introducido algunos Pokémon de generaciones anteriores y se han ido rotando los Pokémon Gigamax en la zona de exploración. Así, Game Freak sorprendió con el anuncio de un DLC con dos packs de contenido para Pokémon Espada y Escudo.
Siendo honestos, la actual generación de Pokémon daba la impresión de ser un juego a medio hacer. Se había apostado por crear un motor gráfico nuevo (aunque se quedan un poco en pañales tras comparar con New Pokémon Snap) e introducir conceptos interesantes como el Área Silvestre (exploración libre) o las raid en las que hasta 4 jugadores se podían enfrentar a Pokémon gigantes.
El Área Silvestre fue bien recibida (aun estando lejos de las expectativas de los jugadores que se esperaban algo parecido a Zelda Breath of the Wild) y las raids han sido seguramente el mayor éxito. Pues bien, esperábamos que Game Freak tomara nota de ellos y parece que se ha quedado a medias (aunque el segundo pack de Contenido – Las Nieves de la Corona viene con bastante hype).
Veamos, La Isla de la Armadura nos propone un enclave inspirado en Japón, en el que nos invitan a un dojo para mejorar nuestras habilidades de combate. La historia en sí es muy simple. Llegas al dojo, exploras un poco la isla superando las pruebas (a veces caprichos) que impone el Maestro y te haces colega de Kubfu, el Pokémon-franquicia de turno. Lo normal. La historia es muy simple y corta, da para un par de horas, igual que los episodios extra de los anteriores Pokémon. Quizá, la mayor declaración de intenciones haya sido la de hacer el mapa totalmente abierto. Game Freak ya sugirió este modelo porque el actual basado en rutas se lleva arrastrando desde los inicios y limita la libertad de movimiento de los jugadores.
El mapa de esta expansión es bastante grande. Destacan especialmente las zonas acuáticas (y la cantidad de Sharpedos sueltos que cargan furiosamente hacia ti). Aunque, como inconveniente, el mapa no refleja tu situación actual (ni hay minimapa ni nada que se le parezca). Orientarse, sobre todo al principio, es un desafío aunque te acabas acostumbrando.
Como puntos positivos hay que destacar la inclusión de nuevos movimientos (muchos de los cuales se aprovechan de los efectos del terreno) que abrirán aún más las opciones en la faceta competitiva del juego. De hecho, las builds de Smogon empiezan a incluir estos movimientos. También se agradece (sobre todo los jugadores no hardcore) la posibilidad de poder convertir a tus Pokémon en forma Gigamax. Hasta ahora, esta capacidad venía de nacimiento con el Pokémon y no se podía adquirir de otra manera (ni siquiera mediante cría). Esto ahorrará mucho tiempo ya que no habrá que esperar a que el Pokémon que quieras entre en las rotaciones de Raids ni tengas que buscarlo por tu partida o por los anuncios de los demás jugadores.
Como puntos negativos, en las fases iniciales, los Pokémon que importabas desde Pokémon Home (el servicio de almacenamiento Pokémon en nube) no se agregaban automáticamente a la Pokédex, lo que te obligaba a llevarlos a la guardería (como atajo más rápido que he encontrado). Por suerte, Game Freak solucionó este error. Eso sí, para los ansiosos de completar la Pokédex les supuso perder 2-3 horas fácil.
También destacaría que si quieres obtener la evolución de Kubfu uno de los pasos es subirlo a nivel 70. Aproximadamente este es el nivel que tienes cuando completas la historia principal del juego. Así que a menos que tengas un buen suministro de Caramelos de Experiencia puedes esperar tardar bastante para lograrlo. Por suerte, en la isla podremos encontrar Chanseys salvajes (sin dientes) que nos proporcionarán una cantidad considerable de experiencia, que siempre es de agradecer. Si eres un perfeccionista que quiere tener a Kubfu con los EVs perfectos, lo que te puede llevar otros 2-3 días de entrenamiento EV.
Resumiendo, tardas más tiempo en hacer los preparativos que en superar la historia. También hay que añadir que solo podremos obtener una de las dos evoluciones de Kubfu en la partida. Esto obligará a los perfeccionistas a iniciar una nueva partida y realizar todo el progreso hasta obtener a Urshifu (la evolución) y su forma Gigamax. Para ser justos, en esta segunda run, que hice a lo largo de la historia principal, el nivel bajó de 70 a 30. Así que seguramente, el punto donde empiezas la historia del DLC tenga relación con el nivel necesario. Así más o menos: Historia + Expansión = 15 horas yendo a saco.
También tenemos un par de misiones secundarias. En la primera, tendremos que buscar todos los Digletts que se le han perdido a un buen hombre. Así que tendremos que ir por la isla buscando 151 pequeños montículos que apenas sobresalen del terreno y que gustan de esconderse en lugares recónditos.
La segunda misión consiste en mejorar el dojo. Para ello tendremos que reunir Watios (que hasta ahora se usaban para conseguir las chapas para hacer a un Pokémon “perfecto” y los fósiles) para que vayan comprando las mejoras. Si queremos desbloquear todas las mejoras (incluidas las que no aportan ninguna ventaja) hará falta una cantidad muy considerable de watios. Así que nos dejará dos opciones. Explorar toda la isla para encontrar los nidos Pokémon (de donde provienen esos watios) o enconmendarnos a RNG-sus para que los NPC que dan watios sean benevolentes con nosotros.
En resumen, es pronto para decir si merece comprar el DLC. Se espera que el contenido interesante llegue en el segundo DLC que está anunciado para finales de año. De momento, Game Freak ha dado pasos positivos en la dirección que querían los jugadores, aunque se quedan cortos con las expectativas del juego. De momento y por sí mismo este contenido adicional sabe a poco aunque deja buen sabor. Eso sí, los perfeccionistas tendrán material para estar entretenidos durante un par de meses.