Soy suficientemente vintage como para recordar cuando regalaban juegos de ordenador en paquetes de cereales. No era una frase hecha, así conseguí en cierto momento de mi juventud el Tony Hawk’s Pro Skater 2.
No he sido skater y tampoco me llama especialmente esta cultura (tampoco soy una persona atlética o a la que le gusten los deportes, pero esto va con el estereotipo de informático/gamer con barba). Pero este juego lo exprimí muchisimo.
Si no lo habéis probado hace relativamente poco han sacado una versión remasterizada de este juego y su precuela. Pero para daros contexto os indico que es el estandar de los juegos de skate, de la misma forma que Street Fighter II marcó el estandar de los juegos de lucha. Un parque y cierta cantidad de tiempo (algo limitada) para conseguir unos objetivos definidos (hacer unos trucos concretos, encontrar unos objetos determinados, etc). Todo ello necesario para conseguir puntos o desbloquear nuevos escenarios u objetos.
Ahora, años después tenemos este juego que aúna los conceptos de Ornitólogo y Skate, y no es poca cosa.
El juego parece una copia de este ‘gold standard’ de los títulos de Antonio Halcón. De hecho o mucho me equivoco o los controles son iguales (doble cabeceo para hacer un ‘manual’, ‘Y’ para Grind, ‘B’ para Grab, etc…). Pero tristemente y tan solo tras 3 sesiones de juego la emoción inicial se ha desvanecido.
Patinar a un ruiseñor
El juego parece intentar ser muchas cosas al mismo tiempo y solo consigue algunas. Parece intentar morder más de lo que puede tragar y luego intenta tragar con todo.
Una partida estandar a un Tony Hawk consiste en que tienes a tu personaje que es ‘liberado’ en un escenario, con un límite de tiempo y varias misiones que cumplir si quieres (conseguir objetos, encadenar trucos para conseguir una gran puntuación o cumplir algunos objetivos) al conseguir hacer suficientes ganas puntos con los que mejorar a tu personaje, comprar trucos (y equipartelos) y comprar objetos para makeartelo.
Este juego de Glass Bottom Games pasa de los tiempos. La acción se sitúa en un gran ‘skatepark’ en el que tienes a varios pajaritos con misiones sencillas en las que te piden cosas. Algunas tienen sentido, otras no tienen ningún sentido.
‘Haz la cama de tu Amigo Grande’, ‘Haz 5 Transfer’,’Consigue 5 cartones y 5 cintas aislantes’. No estaría mal de no ser porque el escenario es MUY grande para un pipi tan pequeño y porque el motor de colisiones no está muy fino.
Muchas veces cuando intentas encadenar trucos o llegar a cierto sitio para hacer un simple grind (o no puedes avanzar o dar marcha atrás) el juego dice que la has cagado y tu pipi ‘muere’.
Podrían haber hecho una animación para que se cayera del patín y luego el tipico ‘respawn con parpadeo’.Pero no, el pajarito se convierte en una cabra de estas a las que les das un susto. Y plop, vuelve a la tabla.Aunque hay botón de respawn, al cabo de 5 minutos, has ‘muerto’ 20 veces por errores que no deberían contar y te frustras. Y mucho. Esto es algo que no quieres en tu juego de skate.
¿Con qué pájaro te identificas más?
Tras conseguir pasarte varias misiones puedes cambiar de skatepark, aunque todos padecen del mismo problema: son sosísimos. Es mucho espacio libre y el juego es ligero de texturas, con lo que se vuelve aburrido de ver tras un rato. Esto es algo que no quieres en tu juego de exploración.
En cambio, lo que SI quieres es poder hacer a tu emplumado skater como quieras y en esto el juego te da MUCHAS opciones. Muchos pipis y complementos para elegir, el juego podría ser perfectamente un Diseña tu moda avícola.
Este juego no se si está pensado para pequeños ratos y ya está, pero no es un juego que puedas ponerte en una tarde para pasartelo entero del tirón. La jugabilidad hubiera necesitado un poco más de cuidado y los escenarios hubieran ganado con algo más de chicha en ellos… porque hay momentos en los que realmente ves que son zonas especializadas de trucos separadas por distancias tirando a grandes. Que sí, que toda distancia es grande cuando eres un pajarito, pero aun así… ese no debería ser tu problema como jugador…
¿Lo mejor? La música que tiene temas de tranquis, rollito The Avalanches (vais a tener la canción de The Heron en la cabeza días) y temas más punk de Grave Danger e Illicit Nature. Ah, y las conversaciones entre los pipis, que son descacharrantes. Llenas de CAOS y risas.
Sinceramente, ha habido un intento.
The Ramp fue otro intento junto a este de cambiar un poco el paradigma de los juegos de skate, dar una experiencia más relajada y disfrutable… pero SkateBird me da la sensaciónde que se queda corto y es toda una pena.
Gráficamente es lo que es, pero un juego de este tipo tampoco necesita mucho más. Y no se si añadirlo a mi lista de ‘juegos a los que jugar 5 minutos para quitarse el mono’.
Si os gustan los pàjaritos, el skate y estar a vuestra bola echadle un ojo. Para prácticamente todas las plataformas…