Especial Cyberpunk 2077 – Parte 1

Tras un par de retrasos (bien justificados, seguro) hoy mismo tendremos entre nosotros y el último juego de CD Projekt Red: Cyberpunk 2077.

El juego ha mostrado -en sucesivos trailers y diarios de desarrolladores- tener un aspecto increíble, y creemos que tiene la capacidad de revitalizar él solo este genero ya un poco gastado. Eso o ponerle en un pedestal muy alto para dejarlo como referente.

Pew Pew Mudafukas

Parte 1: Callejones, lluvia y hologramas de Neon 

Aunque el género cyber explota a lo grande en la década de los 80, tiene tímidos orígenes en las decadas 60-70 . Para familiarizarnos con él debemos hacer hincapié en el contexto sociocultural en el que surgió.

¿Por qué? Porque la gran mayoría de historias distópicas no hacen predicciones de futuro. Ni una sola.

Incluso nos atrevemos a decir que ninguna lo hace, ya que lo que nos presentan realmente es una observación y crítica del presente del autor a la enésima potencia.

Es un ‘copiar y aumentar’ de la cultura y la sociedad en la que se crea esa obra. Las grandes revoluciones tecnológicas y los cambios sociales que aparecen con las tecnologías rompedoras no suelen tener orígenes claros. O mejor dicho, no se pueden preveer con anterioridad.

Por ejemplo, ¿cuantas novelas hay de los años 70 en el que se mencione como problema la adicción a lootboxes en juegos de teléfono movil?

Tristemente, a lo largo de las últimas décadas hemos visto cómo los elementos más importantes de dichas historias, los que sus autores pretendían criticar, se han convertido en algo normal. Clavaron la predicción. Megacorporaciones ya había antes; prótesis ya había antes; daños al planeta ya había antes… Pero sin darnos cuenta, hemos normalizado sus elementos más nocivos, justo como en las historias cyberpunk.

En parte -yo diría que en un 30%- el encanto de este subgénero es que prácticamente vivimos en una distopía cyberpunk.

Si no os habéis dado cuenta es que seguramente no habéis prestado atención. Es normal, vivimos EN la sociedad y es dificil abstraerse. Pero tenemos megacorporaciones controlando (lobbies mediante… por ahora) a gobiernos, gente con protesis-implantes, un asalto a los ecosistemas en nombre del capitalismo (cambio climático, vamos) y el acceso a la información de la red de redes cada vez más medido (con intentos de convertir la privacidad en delito o algo muy parecido). Vivir en una distopía cyberpunk y jugar a una se parece a la experiencia de ir a un concierto y que el grupo grite el nombre de tu ciudad.

El otro 70% del encanto es su increíble estética.

“Hi Tech – Low Life”

La esencia del Hi Tech, Low Life.

Pero otra vez, ¿QUÉ es el Cyberpunk?

En sus origenes era un género de ciencia ficción centrado en el posthumanismo. Esto es la modificación voluntaria del ser humano para ser más de lo que es por sí mismo, sea mediante mejoras genéticas, creación de personas, inclusión de IAs o mejoras cibernéticas parciales o completas, etc. Pero la perspectiva Cyberpunk es cínica y pesimista. Las corporaciones desarrollan esta tecnología super avanzada y espectacular, que permite maravillas solo teorizadas hoy en día como el subir nuestra conciencia a un ordenador, mejorar nuestras capacidades físicas cambiando extremidades por prótesis robóticas o instalar en nuestros cráneos conectores a Internet para tener conexión a la red solo usando el pensamiento. Cambios tan serios en un cuerpo que hacen plantearse el concepto de humanidad o en qué consiste en ser humano.

Pero estas tecnologías no llegan a todo el mundo. Impera un capitalismo salvaje que discrimina completamente a quien no se las puede permitir. Este contexto pinta un paisaje al borde de una gran revolución social en el que demasiada gente está oprimida y empobrecida para beneficio del 1% del 1%… Esa es la parte ‘punk’ del nombre. Rebelión contra la autoridad y abajo el statu quo. Anarchy in wherever.

Los protagonistas de estas historias suelen ser rebeldes que luchan contra el sistema —la alternativa es sobrevivir en él siendo moderadamente buenos en su oficio o convirtiendose en herramientas del sistema—. Gente que quiere despertar esa chispa en el interior de la gente que les hace rebelarse contra la estructura que tan marginados les tiene. Por supuesto, el progreso tecnológico hace que con el tiempo hasta el pobre más pobre pueda tener acceso a una versión barata y chapucera de dicha tecnología, pero no hay que confundirse: la calidad de vida está por los suelos para el 99% de los habitantes de estos mundos.

Aun así el género ha sufrido el desgaste de su propia estética, que es muy atractiva, y ha dejado de lado sus motivos antisistema. Arquetípicamente cyberpunk bebe de la estética moderna y Neo Noir; una adaptación actualizada del cine negro francés de 1950. Sórdidas historias de detectives y crímenes con elementos visuales oscuros y grises. Venganzas, paranoia y aislamiento son algunos de sus motiffs más recurrentes.

Así que si tu historia tiene algún callejón estrecho y lluvioso, cubierto de Kanjis de neón y hologramas publicitarios de drogas y productos cotidianos comida en polvo, papel higienico— probablemente sea Cyberpunk. Si además huele a desigualdad es que eres Cyberpunk de la vieja escuela, que es casi retrofuturismo. Pero ya hablaremos de ello en la siguiente parte…

La revolución será streameada

Hace falta en un especial de este tipo mínimo mencionar a William Gibson, universalmente conocido como el padre del género; que lo ‘parió’ con la historia corta ‘Johnny Mnemonic’ (y lo expandió en sucesivas novelas como Mona Lisa Acelerada, Quemando Cromo y el libro de referencia ‘Neuromante’).
Uno de esos escritores de ciencia ficción que al hablar de un posible futuro se quedaron muy atrás de sus propias predicciones; si no recuerdo mal, Gibson apenas entiende de ordenadores o tecnología). Luego llegaron más libros interesantes como Snow Crash de Neal Stephenson, Carbono Alterado de Richard K Morgan e incluso <sigh> Ready Player One de Ernest Cline.

Pasarela Cyberles

En estas novelas, aun siguiendo con el tema subyacente de la primera ola del genero -‘abajo el sistema’- tenemos otro elemento muy importante en el género que es el que ha perdurado hasta del día de hoy: estética sobre sustancia.

La cosa no trata solo el transhumanismo, de romper los límites humanos, en devolvérsela a las megacorporaciones por el puerto de atrás. Es hacerlo de la forma más molona posible. De ahí que el estilo sea uno de los ganchos más reconocibles e importantes de este subgenero. Seguramente haya tecnología suficiente como para hacer una reconstrucción de tejidos completa para ese brazo, o que directamente no haya necesidad de esas marcas cromadas en la cara del protagonista… pero ¿dónde estaría la diversión? Si la mujer del César no solo tiene que ser casta sino también parecerlo, este retrofuturismo se queda corto si solo lo es, pero no lo enseña.

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Antes he mencionado, y mucho, la importancia de la estética del genero Cyberpunk, y es que al tener esta tantísimo peso sobre todo lo demás se puede usar la regla de lo guay. Añadires esos elementos en tu juego y ‘blam’ ya es CP.
Es un poco como eso de añadir engranajes por todos lados y pintar casi todo de marrón y ‘blam’, ya es Steampunk.

Ejemplos actuales videojueguiles actuales que nos vienen a la cabeza el viejuno Deus Ex, el ultraviolento y esquisito twin stick shooter Ruiner, el también basado en un juego de rol: Shadowrun, esa película pixelada llamada Katana Zero, y el fantástico y ambiental Cloudpunk como grandes exponentes. Ojo, sin desmerecer a clasicazos como Snatcher -una de las primeras obras de Hideo Kojima, prácticamente un homenaje a Blade Runner en la MSX- o el terrorifico y angustioso System Shock. Aunque el juego más famoso de este género no suele entrar en el molde típico de los demás: Final Fantasy VII.
Sí, Final Fantasy VII también. ¿No trata de la lucha de unos ecoterroristas entre los que se encuentra un humano mejorado com Barrett, contra una gran megacorporación que explota los recursos del planeta para beneficio de unos pocos mientras oprime a los demás?

¿Libros? Buff, aparte de los ya mencionados de Gibson, una buena recomendación es Snow Crash de Stephenson, El instante Aleph de Greg Egan y el clasicazo SciFi que precede a todas estas: Las Estrellas Mi Destino, que introduce conceptos muy interesantes como las megacorporaciones.O la mejora de humanos mediante drogas ya allá por 1957.

De películas seguro que adivináis los referentes de este género. Así de primeras Blade Runner sentó cátedra (prácticamente toda cosa cyberpunk tiene kanjis de neones y lluvia); Matrix hizo hincapié en la parte filosófica y en la de pegar hostias como panes; Dredd muestra paisajes muy parecidos a los de Night City. Y, por supuesto, dos de los animes más influyentes de la historia son Cyberpunk: Ghost in the Shell (que este año cumple 25) y Akira.

Y hasta aquí la primera parte. La semana que viene hablamos de el juego de rol Cyberpunk 2020, del juego secuela 2077 que tanto revuelo está causando y por qué mucha gente se va a quedar disgustada por él. ¡Nos vemos!

Mistheart

Mi primera consola fue una GameBoy; y casi toda mi vida he mendigado que me pasen el mando a gente que sí tenía videojuegos. Jugon, escritor, de robotes. Nacido en el siglo equivocado.

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